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La cochinilla es un insecto originario de América Latina, especialmente del Perú, que se cría en cactus del género Opuntia. Desde épocas precolombinas, las culturas andinas aprovecharon su pigmento natural, el carmín, para teñir textiles y elaborar arte, destacándose por su intensidad y durabilidad. Durante la colonia, se convirtió en un producto de gran valor exportado a Europa, siendo clave en la industria textil y artística.

Por otro lado, este insumo es altamente valorado en mercados internacionales que buscan soluciones naturales y de alta calidad para la coloración de sus productos, ya que la cochinilla seca de primera es cuidadosamente seleccionada y procesada para garantizar el más alto contenido de ácido carmínico, el principio activo responsable de su intenso color rojo carmín.

Hoy, la cochinilla peruana es reconocida como un colorante 100% natural y sostenible, altamente demandado en las industrias de alimentos, cosmética, textiles y entre otros. Su producción respeta el medio ambiente, promueve la biodiversidad y brinda un ingreso vital a las comunidades rurales. Este pigmento ecológico no solo conserva su legado histórico, sino que también responde a las exigencias actuales de un mundo más consciente y responsable con la naturaleza.

Beneficios:

• Alta concentración de ácido carmínico (+20%), lo que permite una mayor eficiencia en la extracción del colorante.
• Coloración 100% natural, libre de químicos sintéticos, ideal para la industria alimentaria, cosmética, textil, entre otros.
• Gran estabilidad y fijación, asegurando colores vibrantes y duraderos en diferentes aplicaciones.
• Sostenible y eco amigable, ya que su producción es respetuosa con el medio ambiente y promueve el desarrollo de comunidades agrícolas.
• Rendimiento superior, reduciendo costos en la formulación de productos gracias a su pureza y calidad.